sábado, 2 de abril de 2011

Huele a primavera

Los días se van alargando, amanece antes, anochece más tarde, dandonos más horas de luz. Desaparecen los abrigos, las faldas se acortan, los colores de la ropa se vuelven más claros y luminosos. Los parques se llenan de chiquillos correteando animados por el ambiente más cálido, buscando cada pequeño rayo de sol.
El aire huele distinto, las primeras flores de la isla (la de los almendros) están ya desapareciendo.... esto me recuerda que este año no salí a tomar fotos de esos árboles floridos.
En el campo se adivina ya el estallido de colores que pronto alegrará mis pequeñas salidas. El sol calienta con más fuerza, pronto apetecerá acercarse al Mediterráneo (mi mar) a dejar que esos rayos doren la piel.



     La primavera besaba
suavemente la arboleda,
y el verde nuevo brotaba
como una verde humareda.
     Las nubes iban pasando
sobre el campo juvenil...
Yo vi en las hojas temblando
las frescas lluvias de abril.
     Bajo ese almendro florido,
todo cargado de flor
—recordé—, yo he maldecido
mi juventud sin amor.
     Hoy, en mitad de la vida,
me he parado a meditar...
¡Juventud nunca vivida,
quién te volviera a soñar!
 Antonio Machado