sábado, 25 de octubre de 2025

Crónica de unas compras

Querida desconocida:

Hoy coincidimos en Ikea. Yo iba con mi carrito lleno de ilusión doméstica, tú con las manos ligeras.

Entre mis compras había una preciosa funda de edredón. La elegí con cariño, la metí en el carrito, la pagué religiosamente… y, misteriosamente, desapareció antes de llegar al coche.


No estaba en la caja, nadie la devolvió, y las cámaras, por lo visto, no vieron nada.

Tú sí, claro.


Así que enhorabuena. Te has llevado una funda de edredón ajena, nueva, calentita, y —lo mejor de todo— gratis.

Espero que te sientas arropada por tu buena acción del día.

Que cada noche, al meterte en la cama, te recuerde ese pequeño golpe de suerte que te cayó del cielo (o de mi carrito).



No te guardo rencor.

Solo te deseo que te aproveche.

Que duermas profundamente, que no te remuerda la conciencia y que, si alguna vez te preguntas de dónde salió esa funda tan mona… recuerdes que alguien la pagó por ti.


Con todo mi afecto irónico,

Cat

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