domingo, 11 de mayo de 2025

Regreso al trabajo en 5 días… y sí, estoy entrando en pánico suave

La cuenta atrás ya no es una metáfora dramática: en cinco días, vuelvo al trabajo. Cinco. Como los dedos de una mano. Como los días laborables que se me vienen encima. Como los minutos que tardo en arrepentirme de haber mirado el calendario.

Y no es que no quiera volver, ¿eh? Es solo que... no sé si estoy lista para lo que eso implica. Porque después de seis meses fuera, volver se siente un poco como tratar de subirte a un tren que ya arrancó hace rato. Uno que además va lleno, no frena en todas las estaciones y al que no sabes si te dejaron asiento reservado o no.


Mi cerebro ahora mismo: una lista mental caótica

Ropa de trabajo: tengo el 80 % en cuarentena textil desde octubre. Me probé un pantalón y se me caen. ¿Plan B? Leggings disfrazados de “estilo relajado chic”.

Horarios: estos meses me he acostumbrado a desayunar tranquila, hacerme el café en modo ritual zen y, a veces, quedarme mirando el techo sin culpa. Ahora toca correr. Correr, Cat, correr.

Socialización: ¿cómo se hacen conversaciones de ascensor sin hablar del tiempo ni del gato? ¿Y si alguien me dice “¡cuánto tiempo!” y me sale contestar “ya, ojalá hubiera sido más”? O responder al recurrente "¿Cómo estás?" Con un "mejor desde que no te veo todos los días". 

Nivel de drama: fluctúa entre “esto va a estar bien, venga” y “finge tu muerte y manda una nota escrita a mano diciendo que te fuiste a buscarte a ti misma”.


Pero también, entre tanto pánico funcional… hay cositas buenas

Hay una parte de mí que tiene ganas. Ganas reales, aunque mezcladas con nervios raros. Volver a ver a la gente, sentir que formo parte de algo más grande que mi lista de reproducción de Spotify o mis experimentos con kéfir y arandados. 


La verdad es que echo de menos sentirme útil, aunque ahora lo diga con voz bajita. Echo de menos las pequeñas rutinas tontas: mirar el reloj esperando la hora del café, quejarme del aire acondicionado, tener una razón para ponerme colonia que no sea ir al supermercado.

Y es que aunque estos seis meses me han servido para reconstruirme (con pausa, con terapia, con paciencia y con algún que otro atracón de series), también han sido un paréntesis. Uno necesario, sí, pero un paréntesis al fin y al cabo.


Ahora me toca escribir la continuación.


Spoiler: todavía no sé qué tipo de historia será. Pero tengo la sensación de que va a estar bien. O al menos interesante.


Y si me preguntan qué es lo que más voy a echar de menos… sin dudarlo: a mi gato. Y  mi rutina.

Sobre todo a mi gato.


#VueltaALaRealidad

#RutinaEn3...2...1

#GatoTeExtrañaré

#ModoOficinaON

#CrónicaDeUnRegresoAnunciado

#AdiósCaféConTranquilidad

#DíasDePijamaContados

#VueltaAlTrabajo

#DiarioPersonal

#BlogDeVida

#ReflexionesDeLunes

#AsíEstamos

#VidaCotidiana

#HistoriasReales

#HumorConCafé
#NosVemosEnElCafé


No hay comentarios:

Publicar un comentario