martes, 23 de diciembre de 2025

TÚ A MI ME RESPETAS!! (


​Últimamente le doy vueltas a esa frase que algunos usan como escudo: "A mí me respetas". Me pregunto si realmente entienden lo que están pidiendo o si, en realidad, solo están exigiendo que callemos nuestras verdades.

​Para mí, la jerarquía es sencilla, pero a menudo se confunde:

  • La Educación es una norma de convivencia. Yo te trato con cortesía porque es mi estándar, no necesariamente por tu mérito. Se puede (y se debe) exigir, pero es solo el envoltorio.
  • La Obediencia es una cuestión de roles. Se presta por contrato o por jerarquía, pero es meramente operativa. No implica que comparta tu visión.
  • El Respeto... eso es otra liga. El respeto es un reconocimiento del valor, de la integridad y del fondo de alguien. Y aquí está el dilema: ¿Se puede exigir un sentimiento? Desde mi punto de vista, el respeto es una meritocracia moral. No se hereda, no se compra y no viene con el cargo. Se gana palmo a palmo. De hecho, creo que cuanto más fuerte alguien grita que se le respete, más evidencia que no tiene la capacidad de ganarse esa admiración de forma natural.

​Personalmente, prefiero una soledad coherente antes que un círculo íntimo lleno de gente que exige respeto pero no comparte valores básicos (esos que no son política, sino pura humanidad).

​Pero me gustaría saber qué opináis vosotros:

¿Creéis que el respeto es un derecho que se tiene de entrada o es algo que hay que demostrar día a día? ¿Se puede respetar a alguien a quien no admiras?

​Os leo (con educación, por supuesto, el respeto ya veremos quién se lo gana)

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